martes, 1 de febrero de 2011

Una mamá profesional

Soy diseñadora.

Desde que acabé siempre había esperado el momento de empezar a trabajar por libre, en un estudio con diseñadores jóvenes e independientes. Precisamente cuando quedé en estado, una compañera de la universidad contactó conmigo con la idea de montar un estudio junto con otras dos chicas, y aunque sabía que iba a ir falta de tiempo, accedí, siempre teniendo en cuenta que trabajaría desde casa.
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Todo ha ido más o menos bien. Tenemos nuestros proyectos, vamos sacando trabajos. La cosa parece que podría funcionar... hasta hoy.

Acabo de recibir un e-mail que me invita a "no ir" a una feria de profesionales, porque no sería serio ir con un bebé. Elvis no puede ir, porque tenemos que hacer contactos y "no nos pueden ver como hippies, con un bebe a cuestas". Así tal cual me lo han dicho.

¿Como hippies?

Me han asaltado montones pensamientos.

El primero de todos es: ¿De donde pensaran que vienen los niños, esas personas que nos ven como "hippies" en estos casos?

¿Que pasa con la conciliación?

Es duro ver que nuestra vida personal y profesional acaba cuando decides ser madre.

domingo, 23 de enero de 2011

...los días pasan...

El pequeño hace meses que gatea. Lo hizo por primera vez a los 6 meses, poco más tarde se sostenía de pie perfectamente. Ahora a punto de cumplir diez meses, se mantiene de pie solito, y empieza con sus primeros pasitos entre la mesita y la cama, de Mamá a Papá...

Parece mentira. En poco tiempo ha pasado de ser un bebé a ser un hombrecillo. De balbucear a decir mamá, papá, "ya está", tetita...

Cuando era más pequeñito, parecía que los días no acababan nunca. Parecía que las semanas se hacían eternas, y sólo esperaba que llegara el mes siguiente para que Elvis ya pudiera hacer "aquello" o "lo otro".

Y ahora de pronto, esos meses han ido pasando y estamos aquí. Y miro hacía atrás, ojeo las fotos y siento una mezcla de añoranza, angustia y felicidad.

En muchísimos momentos es duro, pero también bellísimo. Los días pasan, y cada uno de ellos viene con un nuevo reto, pero se suceden casi sin darse uno cuenta.

Realmente lo más importante es disfrutar siempre al máximo de todos esos momentos que compartes con tu pequeño. Intentar que los malos momentos no amarguen la dulce crianza. Son únicos, y nunca volverán.

Terapia de sueño

Ayer durmió, creo que por primera vez en meses, 6 horas seguidas.
Me desperté por la mañana una hora antes, pues mi cuerpo había descansado lo suficiente ¡Incluso antes que Elvis!
Me alcé con el cuerpo descansado, con la espalda relajada, con las ideas claras, con una sonrisa...
Fue como un sueño. Me envolvía una sensación extraña, incluso confusa. ¿Será verdad? ¿A partir de ahora empezará con esta rutina sueño?

Pues no. Hoy volvió a su rutina "más rutinaria" y volvió a despertarse 6 veces. Horror ¿Qué hicimos ayer que no hemos hecho hoy? ¿Fue la comida? ¿Fue la siesta? ¿Fue el baño? ¿Fue el paseo? ¡¿Que fue?!

Me he pasado horas pensando en que hice y que no hice, repasando hora por hora para ver que he hecho diferente al día anterior, para poder modificarlo y ver si de nuevo funciona...

Entonces me he sentido como una estúpida al verme enzarzada en una búsqueda absurda del "porque", sabiendo que ha sido mera coincidencia.

Total, que seguimos en las mismas. Esta noche veremos si nos vuelve a sorprender agradablemente, o si la vuelve a amenizar con sus despertares.

Crucemos los dedos...

sábado, 11 de diciembre de 2010

...el cuento de las mil y una noches...

Estoy triste.

Me sabe mal, porque aquellos que seguís mis escritos pensareis que siempre estoy mal... y no es así.
Pero hoy especialmente estoy tan agotada que mi cerebro no da más de si.

Hace días que no escribo. No os preguntéis porque, pues la respuesta es obvia.

Elvis ha entrado en una "huelga" de sueño desde el sexto mes, aproximadamente. Se despierta una media de 15 veces por noche. No llora apenas, hace ruidos y se sienta en la cama, gatea, se escapa, trepa, se pone de pie... si lo veo a tiempo, lo estiro, y se duerme, a veces con un poquito de teta, otras sin.  Si no me doy cuenta,  lloriquea y en ocasiones se despierta del todo.

Es agotador. Irme a dormir empieza a darme pánico. Me despierto sin fuerzas,  sabiendo que no voy a poder recuperar el sueño, y que tengo un hijo de "alto voltaje" que no va a darme ni un minuto de descanso.

Estoy triste porque no se porque ocurre y nadie me da una razón. Empiezo a pensar que puede ser sonámbulo, entre otras cosas... en todo caso, yo no se como mejorar su sueño.

Y los días pasan y mi vida se está convirtiendo en un drama amargo, donde una mamá empieza a odiar su condición, donde un padre se siente desplazado, donde el mundo de pareja no existe, donde todo parece gris... menos Elvis!

Elvis está al 100%. Está sano, fuerte, a punto de andar con 8 meses y medio, come solito con sus dedos, y es un niño risueño, divertido, juguetón...


Lo que más me entristece es la sensación de culparle por mi insatisfacción, por mi cansancio. Y de no poder disfrutar completamente del maravilloso hijo que tengo...

martes, 2 de noviembre de 2010

Descansa en paz...

Llevo unos días sin escribir, porque no me salen las palabras.

Un gran amigo nuestro murió en un accidente. Sólo tenía 35 años, unos padres despreciables y miles de amigos que alimentaba con su honestidad, su sonrisa perpetua e infinita y su enorme positivismo.
¿Que vamos a hacer sin él?

Me he sentido triste, muy triste. Especialmente al darme cuenta de que no he podido expresar esa tristeza. Elvis no me ha dado tregua ni un momento. Sólo necesitaba unos minutos para llorar, para dejar ir esa pena que llevaba dentro.

Es en ese momento cuando me he sentido más vulnerable. Elvis es tan absorbente, que mi vida no existe. Mis sentimientos han quedado reemplazados por su estado de ánimo, por como duerme, como se despierta, como pasa sus días...

Es extraño. Es como si ya no pudiera sentirme mal, como si me hubieran arrebatado ese derecho. De alguna manera, yo no me puedo "permitir" tener un mal día. Porque si yo tengo un mal día, ¿quien va a cuidar de él?

Y de pronto me ha sorprendido una cuestión aún más siniestra: si yo tengo un mal día, ¿quien va a cuidar de mi?

miércoles, 6 de octubre de 2010

Hasta que el cuerpo no aguanta

Agotada. Me siento agotada en todos los sentidos.

Me siento tan agotada que desde que me he despertado sólo espero que llegue la hora de meterme en la cama de nuevo. Pero aún así, tampoco me siento muy esperanzada de poder descansar esta noche.

Para Elvis, hoy en día, dormir bien es meterse en la cama a las 8 de la tarde y mamar aproximadamente cada 2 horas hasta las 7.30h de la mañana. Pero por alguna extraña razón -según con quien lo comente, me aporta causas diferentes- los 5 últimos días es capaz de mamar incluso cada hora, y despertarse a las 6.30h.
Lleva así aproximadamente 1 mes. Antes, Elvis llegó a dormir incluso 6 horas seguidas, y mamaba únicamente 2 veces durante la noche. Una maravilla.

Pero de pronto un día cambió.

Desde entonces mi vida es más infierno que cielo. No sólo tengo a un torbellino de día, si no que las noches sólo añaden más cansancio a mi abatido cuerpo.

Me pregunto continuamente cuanto tiempo va a durar este calvario.

Me gustaría que mi hijo fuera un bebé que durmiera "sin lágrimas". Entiendo las fases del sueño, duerme a nuestro lado, mama a demanda, recibe abrazos y besos continuamente... Pero cuando el cuerpo ya no da más de si porque el descanso que necesita no lo recibe ¿que puedo hacer?

Cuando el cansancio te puede, las palabras cariñosas cuestan más de salir, los abrazos son más bruscos y las sonrisas más amargas ¿Pero debo sentirme culpable por ello? Supongo que no, pero aún así, me siento triste de no poder responder como me gustaría, de no tener la paciencia necesaria, de no ser yo misma.

martes, 5 de octubre de 2010

La maldad femenina

Las mujeres somos malas. Y lo siento si puedo herir los sentimientos de alguna lectora, pero tenemos que ser realistas. Al igual que somos más listas, más sensibles y más comprensivas, también somos malas. ¡Que le vamos a hacer!

Lo peor de esta gran afirmación es que para colmo somos especialmente malas con las mujeres. Atacamos nuestro mismo sexo. Supongo que eso debe tener alguna explicación psicológica basada en nuestro instinto animal. Atacamos a nuestras posibles rivales. No se.

Muchas pensareis, ¿en que se basa para decir esto? Pero me entenderéis rapidamente.

Quien no ha escuchado más de una vez durante su embarazo "¿Y cuanto has engordado ya?"... ¿Pero que tipo de pregunta es esa? Si no fuera el caso de que realmente el peso está afectando a tu salud o a la salud del bebé  ¿a quién le importa?

Obviamente para nuestra cultura occidental, engordar está tan mal visto, que incluso en el embarazo parecen querer atacarnos cuando cogemos unos kilos de más -de los aceptados 9 kilos-. Y si tu eres de esas mamas que llegas a los 15 o los 18kg o más, te mirarán frunciendo el entrecejo y diciendo "¡uy, ya verás como te costará perder los que te sobran!".

¿Y que les importa?¿Nunca han estado embarazadas? ¿No saben que es sentir que te mueres de hambre? ¿Que aunque odies el chocolate, te comerías una tableta cada día? ¿Que aunque sigas una dieta saludable, los Kilos se multiplican deprisa?

Durante el embarazo hay miles de comentarios que llegan por parte de otras mamas, que parecen salir de sus bocas como flechas hacia tu corazón. "Uy, que ojeras, te ves muy cansada", "Eres de esas personas que el embarazo no le sienta nada bien", "Que barriga más fea, la tienes caída", "No diría que estás embarazada porque barriga no tienes, pero se nota que has cogido varios kilos",  "¿Tienes muchos vómitos?", "¿Duermes mal?"...

Y repito, ¿Pero que tipo de preguntas son esas?, no sería mucho más adecuado preguntar "¿Como te encuentras?", "¿Que tal la sensación de estar embarazada?" ... No se, comentarios con connotaciones positivas, o al menos abiertas a respuestas de todo tipo.


Y para colmo, los comentarios en el post-parto...

Tengo una amiga con una bebe de 6 meses y una niña de 3 años. Hace dos días una señora que apenas la conocía le dijo por la calle: "¡uy, tener la segunda te ha envejecido mucho!". ¿Como? ¿Será cierto que se puede tener tan mala baba?.


Otra de las situaciones en las que me encontré escuchando un comentario muy desafortunado, fue paseando con una amiga. Yo estaba embarazada de 7 meses y ella había dado a luz hacía dos meses. Paseábamos con su bebé en el cochecito cuando una joven mamá se nos acercó y  le espetó "Vaya, ¿y tu cuando piensas dar a luz? ¡Esa barriga ya está bien abajo!". Tengo que añadir que mi compañera tiene un tipo espléndido. Obviamente aún le quedaba la barriguita post-parto, pero no de 9 meses ¡por Dios!

Y podría añadir miles. Algún día me dedicaré a hacer un listado de todas esas frases desaliñadas que he ido escuchando durante la maternidad.

Y para finalizar con el tema, comentaré un par de casos donde nos encontramos con el "sumum" de la maldad femenina. Cuando atacan a tu hijo.

Por alguna extraña razón, la raza humana no ve a los niños como personas. Parece que no llegan a ser personas cuando son bebés. Uno puede comentar cualquier cosa de ellos, delante de ellos, sin pudor alguno. Pondré unos ejemplos:

Hace un par de días paseaba con una amiga que tiene una bebé de la misma edad que Elvis. Nos cruzamos con una pareja que paró a saludar a los pequeños. La señora, muy refinada y pija, dijo alegremente "Oooohh, que guapo está!" mirando a mi retoño "Aunque se le está poniendo cabeza de bombilla" recalcó. "Oooooh y esta niña tan rubita, ¡que mona!" comentó sobre la amiguita de Elvis "Pero es muy tranquilita para su edad ¿no? ¿Has ido a que le hagan pruebas, no sea que tenga un poco de retraso?" preguntó mirando a la madre.

Bien, mejor me reservo los comentarios. ¿Pero alguien podría imaginarse hacer tales comentarios en sentido contrario?
"Buenas Señora X ¡oooh la veo esplendida! Que pena que tenga esas patas de gallo y esa papada tan caida ¿Ha pensado en operarse?"

¿No les parecería grosero? ¿Y porque no les parece grosero cuando esos comentarios van dirigidos a los niños? ¿Es que los niños son insensibles? ¿Son sordos? ¿Son tontos? ¿No merecen el mismo respeto que merece usted?

¡La próxima persona que me haga un comentario grosero  de mi hijo se va a enterar de lo que es bueno!

Pero esta será otra historia, y será contada en otra ocasión...