Estoy triste.
Me sabe mal, porque aquellos que seguís mis escritos pensareis que siempre estoy mal... y no es así.
Pero hoy especialmente estoy tan agotada que mi cerebro no da más de si.
Hace días que no escribo. No os preguntéis porque, pues la respuesta es obvia.
Elvis ha entrado en una "huelga" de sueño desde el sexto mes, aproximadamente. Se despierta una media de 15 veces por noche. No llora apenas, hace ruidos y se sienta en la cama, gatea, se escapa, trepa, se pone de pie... si lo veo a tiempo, lo estiro, y se duerme, a veces con un poquito de teta, otras sin. Si no me doy cuenta, lloriquea y en ocasiones se despierta del todo.
Es agotador. Irme a dormir empieza a darme pánico. Me despierto sin fuerzas, sabiendo que no voy a poder recuperar el sueño, y que tengo un hijo de "alto voltaje" que no va a darme ni un minuto de descanso.
Estoy triste porque no se porque ocurre y nadie me da una razón. Empiezo a pensar que puede ser sonámbulo, entre otras cosas... en todo caso, yo no se como mejorar su sueño.
Y los días pasan y mi vida se está convirtiendo en un drama amargo, donde una mamá empieza a odiar su condición, donde un padre se siente desplazado, donde el mundo de pareja no existe, donde todo parece gris... menos Elvis!
Elvis está al 100%. Está sano, fuerte, a punto de andar con 8 meses y medio, come solito con sus dedos, y es un niño risueño, divertido, juguetón...
Lo que más me entristece es la sensación de culparle por mi insatisfacción, por mi cansancio. Y de no poder disfrutar completamente del maravilloso hijo que tengo...
sábado, 11 de diciembre de 2010
martes, 2 de noviembre de 2010
Descansa en paz...
Llevo unos días sin escribir, porque no me salen las palabras.
Un gran amigo nuestro murió en un accidente. Sólo tenía 35 años, unos padres despreciables y miles de amigos que alimentaba con su honestidad, su sonrisa perpetua e infinita y su enorme positivismo.
¿Que vamos a hacer sin él?
Me he sentido triste, muy triste. Especialmente al darme cuenta de que no he podido expresar esa tristeza. Elvis no me ha dado tregua ni un momento. Sólo necesitaba unos minutos para llorar, para dejar ir esa pena que llevaba dentro.
Es en ese momento cuando me he sentido más vulnerable. Elvis es tan absorbente, que mi vida no existe. Mis sentimientos han quedado reemplazados por su estado de ánimo, por como duerme, como se despierta, como pasa sus días...
Es extraño. Es como si ya no pudiera sentirme mal, como si me hubieran arrebatado ese derecho. De alguna manera, yo no me puedo "permitir" tener un mal día. Porque si yo tengo un mal día, ¿quien va a cuidar de él?
Y de pronto me ha sorprendido una cuestión aún más siniestra: si yo tengo un mal día, ¿quien va a cuidar de mi?
Un gran amigo nuestro murió en un accidente. Sólo tenía 35 años, unos padres despreciables y miles de amigos que alimentaba con su honestidad, su sonrisa perpetua e infinita y su enorme positivismo.
¿Que vamos a hacer sin él?
Me he sentido triste, muy triste. Especialmente al darme cuenta de que no he podido expresar esa tristeza. Elvis no me ha dado tregua ni un momento. Sólo necesitaba unos minutos para llorar, para dejar ir esa pena que llevaba dentro.
Es en ese momento cuando me he sentido más vulnerable. Elvis es tan absorbente, que mi vida no existe. Mis sentimientos han quedado reemplazados por su estado de ánimo, por como duerme, como se despierta, como pasa sus días...
Es extraño. Es como si ya no pudiera sentirme mal, como si me hubieran arrebatado ese derecho. De alguna manera, yo no me puedo "permitir" tener un mal día. Porque si yo tengo un mal día, ¿quien va a cuidar de él?
Y de pronto me ha sorprendido una cuestión aún más siniestra: si yo tengo un mal día, ¿quien va a cuidar de mi?
miércoles, 6 de octubre de 2010
Hasta que el cuerpo no aguanta
Agotada. Me siento agotada en todos los sentidos.
Me siento tan agotada que desde que me he despertado sólo espero que llegue la hora de meterme en la cama de nuevo. Pero aún así, tampoco me siento muy esperanzada de poder descansar esta noche.
Para Elvis, hoy en día, dormir bien es meterse en la cama a las 8 de la tarde y mamar aproximadamente cada 2 horas hasta las 7.30h de la mañana. Pero por alguna extraña razón -según con quien lo comente, me aporta causas diferentes- los 5 últimos días es capaz de mamar incluso cada hora, y despertarse a las 6.30h.
Lleva así aproximadamente 1 mes. Antes, Elvis llegó a dormir incluso 6 horas seguidas, y mamaba únicamente 2 veces durante la noche. Una maravilla.
Pero de pronto un día cambió.
Desde entonces mi vida es más infierno que cielo. No sólo tengo a un torbellino de día, si no que las noches sólo añaden más cansancio a mi abatido cuerpo.
Me pregunto continuamente cuanto tiempo va a durar este calvario.
Me gustaría que mi hijo fuera un bebé que durmiera "sin lágrimas". Entiendo las fases del sueño, duerme a nuestro lado, mama a demanda, recibe abrazos y besos continuamente... Pero cuando el cuerpo ya no da más de si porque el descanso que necesita no lo recibe ¿que puedo hacer?
Cuando el cansancio te puede, las palabras cariñosas cuestan más de salir, los abrazos son más bruscos y las sonrisas más amargas ¿Pero debo sentirme culpable por ello? Supongo que no, pero aún así, me siento triste de no poder responder como me gustaría, de no tener la paciencia necesaria, de no ser yo misma.
Me siento tan agotada que desde que me he despertado sólo espero que llegue la hora de meterme en la cama de nuevo. Pero aún así, tampoco me siento muy esperanzada de poder descansar esta noche.
Para Elvis, hoy en día, dormir bien es meterse en la cama a las 8 de la tarde y mamar aproximadamente cada 2 horas hasta las 7.30h de la mañana. Pero por alguna extraña razón -según con quien lo comente, me aporta causas diferentes- los 5 últimos días es capaz de mamar incluso cada hora, y despertarse a las 6.30h.
Lleva así aproximadamente 1 mes. Antes, Elvis llegó a dormir incluso 6 horas seguidas, y mamaba únicamente 2 veces durante la noche. Una maravilla.
Pero de pronto un día cambió.
Desde entonces mi vida es más infierno que cielo. No sólo tengo a un torbellino de día, si no que las noches sólo añaden más cansancio a mi abatido cuerpo.
Me pregunto continuamente cuanto tiempo va a durar este calvario.
Me gustaría que mi hijo fuera un bebé que durmiera "sin lágrimas". Entiendo las fases del sueño, duerme a nuestro lado, mama a demanda, recibe abrazos y besos continuamente... Pero cuando el cuerpo ya no da más de si porque el descanso que necesita no lo recibe ¿que puedo hacer?
Cuando el cansancio te puede, las palabras cariñosas cuestan más de salir, los abrazos son más bruscos y las sonrisas más amargas ¿Pero debo sentirme culpable por ello? Supongo que no, pero aún así, me siento triste de no poder responder como me gustaría, de no tener la paciencia necesaria, de no ser yo misma.
martes, 5 de octubre de 2010
La maldad femenina
Las mujeres somos malas. Y lo siento si puedo herir los sentimientos de alguna lectora, pero tenemos que ser realistas. Al igual que somos más listas, más sensibles y más comprensivas, también somos malas. ¡Que le vamos a hacer!
Lo peor de esta gran afirmación es que para colmo somos especialmente malas con las mujeres. Atacamos nuestro mismo sexo. Supongo que eso debe tener alguna explicación psicológica basada en nuestro instinto animal. Atacamos a nuestras posibles rivales. No se.
Muchas pensareis, ¿en que se basa para decir esto? Pero me entenderéis rapidamente.
Quien no ha escuchado más de una vez durante su embarazo "¿Y cuanto has engordado ya?"... ¿Pero que tipo de pregunta es esa? Si no fuera el caso de que realmente el peso está afectando a tu salud o a la salud del bebé ¿a quién le importa?
Obviamente para nuestra cultura occidental, engordar está tan mal visto, que incluso en el embarazo parecen querer atacarnos cuando cogemos unos kilos de más -de los aceptados 9 kilos-. Y si tu eres de esas mamas que llegas a los 15 o los 18kg o más, te mirarán frunciendo el entrecejo y diciendo "¡uy, ya verás como te costará perder los que te sobran!".
¿Y que les importa?¿Nunca han estado embarazadas? ¿No saben que es sentir que te mueres de hambre? ¿Que aunque odies el chocolate, te comerías una tableta cada día? ¿Que aunque sigas una dieta saludable, los Kilos se multiplican deprisa?
Durante el embarazo hay miles de comentarios que llegan por parte de otras mamas, que parecen salir de sus bocas como flechas hacia tu corazón. "Uy, que ojeras, te ves muy cansada", "Eres de esas personas que el embarazo no le sienta nada bien", "Que barriga más fea, la tienes caída", "No diría que estás embarazada porque barriga no tienes, pero se nota que has cogido varios kilos", "¿Tienes muchos vómitos?", "¿Duermes mal?"...
Y repito, ¿Pero que tipo de preguntas son esas?, no sería mucho más adecuado preguntar "¿Como te encuentras?", "¿Que tal la sensación de estar embarazada?" ... No se, comentarios con connotaciones positivas, o al menos abiertas a respuestas de todo tipo.
Y para colmo, los comentarios en el post-parto...
Tengo una amiga con una bebe de 6 meses y una niña de 3 años. Hace dos días una señora que apenas la conocía le dijo por la calle: "¡uy, tener la segunda te ha envejecido mucho!". ¿Como? ¿Será cierto que se puede tener tan mala baba?.
Otra de las situaciones en las que me encontré escuchando un comentario muy desafortunado, fue paseando con una amiga. Yo estaba embarazada de 7 meses y ella había dado a luz hacía dos meses. Paseábamos con su bebé en el cochecito cuando una joven mamá se nos acercó y le espetó "Vaya, ¿y tu cuando piensas dar a luz? ¡Esa barriga ya está bien abajo!". Tengo que añadir que mi compañera tiene un tipo espléndido. Obviamente aún le quedaba la barriguita post-parto, pero no de 9 meses ¡por Dios!
Y podría añadir miles. Algún día me dedicaré a hacer un listado de todas esas frases desaliñadas que he ido escuchando durante la maternidad.
Y para finalizar con el tema, comentaré un par de casos donde nos encontramos con el "sumum" de la maldad femenina. Cuando atacan a tu hijo.
Por alguna extraña razón, la raza humana no ve a los niños como personas. Parece que no llegan a ser personas cuando son bebés. Uno puede comentar cualquier cosa de ellos, delante de ellos, sin pudor alguno. Pondré unos ejemplos:
Hace un par de días paseaba con una amiga que tiene una bebé de la misma edad que Elvis. Nos cruzamos con una pareja que paró a saludar a los pequeños. La señora, muy refinada y pija, dijo alegremente "Oooohh, que guapo está!" mirando a mi retoño "Aunque se le está poniendo cabeza de bombilla" recalcó. "Oooooh y esta niña tan rubita, ¡que mona!" comentó sobre la amiguita de Elvis "Pero es muy tranquilita para su edad ¿no? ¿Has ido a que le hagan pruebas, no sea que tenga un poco de retraso?" preguntó mirando a la madre.
Bien, mejor me reservo los comentarios. ¿Pero alguien podría imaginarse hacer tales comentarios en sentido contrario?
"Buenas Señora X ¡oooh la veo esplendida! Que pena que tenga esas patas de gallo y esa papada tan caida ¿Ha pensado en operarse?"
¿No les parecería grosero? ¿Y porque no les parece grosero cuando esos comentarios van dirigidos a los niños? ¿Es que los niños son insensibles? ¿Son sordos? ¿Son tontos? ¿No merecen el mismo respeto que merece usted?
¡La próxima persona que me haga un comentario grosero de mi hijo se va a enterar de lo que es bueno!
Pero esta será otra historia, y será contada en otra ocasión...
Lo peor de esta gran afirmación es que para colmo somos especialmente malas con las mujeres. Atacamos nuestro mismo sexo. Supongo que eso debe tener alguna explicación psicológica basada en nuestro instinto animal. Atacamos a nuestras posibles rivales. No se.
Muchas pensareis, ¿en que se basa para decir esto? Pero me entenderéis rapidamente.
Quien no ha escuchado más de una vez durante su embarazo "¿Y cuanto has engordado ya?"... ¿Pero que tipo de pregunta es esa? Si no fuera el caso de que realmente el peso está afectando a tu salud o a la salud del bebé ¿a quién le importa?
Obviamente para nuestra cultura occidental, engordar está tan mal visto, que incluso en el embarazo parecen querer atacarnos cuando cogemos unos kilos de más -de los aceptados 9 kilos-. Y si tu eres de esas mamas que llegas a los 15 o los 18kg o más, te mirarán frunciendo el entrecejo y diciendo "¡uy, ya verás como te costará perder los que te sobran!".
¿Y que les importa?¿Nunca han estado embarazadas? ¿No saben que es sentir que te mueres de hambre? ¿Que aunque odies el chocolate, te comerías una tableta cada día? ¿Que aunque sigas una dieta saludable, los Kilos se multiplican deprisa?
Durante el embarazo hay miles de comentarios que llegan por parte de otras mamas, que parecen salir de sus bocas como flechas hacia tu corazón. "Uy, que ojeras, te ves muy cansada", "Eres de esas personas que el embarazo no le sienta nada bien", "Que barriga más fea, la tienes caída", "No diría que estás embarazada porque barriga no tienes, pero se nota que has cogido varios kilos", "¿Tienes muchos vómitos?", "¿Duermes mal?"...
Y repito, ¿Pero que tipo de preguntas son esas?, no sería mucho más adecuado preguntar "¿Como te encuentras?", "¿Que tal la sensación de estar embarazada?" ... No se, comentarios con connotaciones positivas, o al menos abiertas a respuestas de todo tipo.
Y para colmo, los comentarios en el post-parto...
Tengo una amiga con una bebe de 6 meses y una niña de 3 años. Hace dos días una señora que apenas la conocía le dijo por la calle: "¡uy, tener la segunda te ha envejecido mucho!". ¿Como? ¿Será cierto que se puede tener tan mala baba?.
Otra de las situaciones en las que me encontré escuchando un comentario muy desafortunado, fue paseando con una amiga. Yo estaba embarazada de 7 meses y ella había dado a luz hacía dos meses. Paseábamos con su bebé en el cochecito cuando una joven mamá se nos acercó y le espetó "Vaya, ¿y tu cuando piensas dar a luz? ¡Esa barriga ya está bien abajo!". Tengo que añadir que mi compañera tiene un tipo espléndido. Obviamente aún le quedaba la barriguita post-parto, pero no de 9 meses ¡por Dios!
Y podría añadir miles. Algún día me dedicaré a hacer un listado de todas esas frases desaliñadas que he ido escuchando durante la maternidad.
Y para finalizar con el tema, comentaré un par de casos donde nos encontramos con el "sumum" de la maldad femenina. Cuando atacan a tu hijo.
Por alguna extraña razón, la raza humana no ve a los niños como personas. Parece que no llegan a ser personas cuando son bebés. Uno puede comentar cualquier cosa de ellos, delante de ellos, sin pudor alguno. Pondré unos ejemplos:
Hace un par de días paseaba con una amiga que tiene una bebé de la misma edad que Elvis. Nos cruzamos con una pareja que paró a saludar a los pequeños. La señora, muy refinada y pija, dijo alegremente "Oooohh, que guapo está!" mirando a mi retoño "Aunque se le está poniendo cabeza de bombilla" recalcó. "Oooooh y esta niña tan rubita, ¡que mona!" comentó sobre la amiguita de Elvis "Pero es muy tranquilita para su edad ¿no? ¿Has ido a que le hagan pruebas, no sea que tenga un poco de retraso?" preguntó mirando a la madre.
Bien, mejor me reservo los comentarios. ¿Pero alguien podría imaginarse hacer tales comentarios en sentido contrario?
"Buenas Señora X ¡oooh la veo esplendida! Que pena que tenga esas patas de gallo y esa papada tan caida ¿Ha pensado en operarse?"
¿No les parecería grosero? ¿Y porque no les parece grosero cuando esos comentarios van dirigidos a los niños? ¿Es que los niños son insensibles? ¿Son sordos? ¿Son tontos? ¿No merecen el mismo respeto que merece usted?
¡La próxima persona que me haga un comentario grosero de mi hijo se va a enterar de lo que es bueno!
Pero esta será otra historia, y será contada en otra ocasión...
miércoles, 29 de septiembre de 2010
El sexo débil
Ayer tuve un día horriblemente duro.
Elvis acaba de cumplir 6 meses, y al contrario que muchas otras mamás que a esta altura empiezan a relajarse, en mi caso el agotamiento crece a su ritmo.
Elvis es un bebé de alta demanda.
En resumen: es hiperactivo, intenso, demandante, impredecible y muy difícil de complacer. Es un bebé altamente sensible y curioso. Es un bebé que todo lo magnifica, las risas, los balbuceos y los gritos. Es un bebé que sin duda no pasa desapercibido...
En resumen, es un niño que absorbe todo mi tiempo y energía, y que cuando además tiene un mal día ¡no os explico!
Como podréis imaginar, después de una jornada intensa con Elvis lo ideal hubiera sido que cuando mi pareja volviese a casa, me echara una mano... ¡Pues no!
Mi pareja volvió a casa, y al cabo de una hora estaba de los nervios, sin saber que hacer con el crío para calmarlo un poco, mientras no dejaba de gruñir y quejarse sobre lo estresante de la situación, y lo duro que era para él todo esto. Me lo planto en los brazos, y dejándome sin cena, se fue a casa de un amigo para relajarse, porque "necesitaba un poco de tiempo para él". Sin comentarios...
¡Por dios! sólo necesitaba un poco de ayuda. De nada me sirve tener una pareja que no sabe acaudalar la situación cuando hay un día movido. Necesito alguien capaz de poder recoger mis pedacitos del suelo y recomponerme entera, darme un beso y decirme "Tranquila, yo me encargo" en vez de "Yo también estoy cansado, acabo de llegar de trabajar".
Las mamás somos, sin duda, unas grandes incomprendidas. Nunca entenderán que trabajar no es criar. El trabajo de madre es un intensivo de 24 horas muy duro, en solitario y sin días de fiesta ni vacaciones. Sin salarios extras ni nadie que nos diga si estamos haciendo bien nuestro trabajo -más bien lo opuesto-. Un trabajo que es física y emocionalmente agotador.
Y para redondearlo todo, tenemos que encargarnos de nuestras parejas, cuando no saben afrontar la situación, cuando deben ejercer de padre, de cabeza de familia, de "sexo fuerte"...
Realmente las mujeres, tenemos una fuerza que va más allá de su entendimiento. Y me pregunto ahora ¿quien es el sexo débil?
Elvis acaba de cumplir 6 meses, y al contrario que muchas otras mamás que a esta altura empiezan a relajarse, en mi caso el agotamiento crece a su ritmo.
Elvis es un bebé de alta demanda.
En resumen: es hiperactivo, intenso, demandante, impredecible y muy difícil de complacer. Es un bebé altamente sensible y curioso. Es un bebé que todo lo magnifica, las risas, los balbuceos y los gritos. Es un bebé que sin duda no pasa desapercibido...
En resumen, es un niño que absorbe todo mi tiempo y energía, y que cuando además tiene un mal día ¡no os explico!
Como podréis imaginar, después de una jornada intensa con Elvis lo ideal hubiera sido que cuando mi pareja volviese a casa, me echara una mano... ¡Pues no!
Mi pareja volvió a casa, y al cabo de una hora estaba de los nervios, sin saber que hacer con el crío para calmarlo un poco, mientras no dejaba de gruñir y quejarse sobre lo estresante de la situación, y lo duro que era para él todo esto. Me lo planto en los brazos, y dejándome sin cena, se fue a casa de un amigo para relajarse, porque "necesitaba un poco de tiempo para él". Sin comentarios...
¡Por dios! sólo necesitaba un poco de ayuda. De nada me sirve tener una pareja que no sabe acaudalar la situación cuando hay un día movido. Necesito alguien capaz de poder recoger mis pedacitos del suelo y recomponerme entera, darme un beso y decirme "Tranquila, yo me encargo" en vez de "Yo también estoy cansado, acabo de llegar de trabajar".
Las mamás somos, sin duda, unas grandes incomprendidas. Nunca entenderán que trabajar no es criar. El trabajo de madre es un intensivo de 24 horas muy duro, en solitario y sin días de fiesta ni vacaciones. Sin salarios extras ni nadie que nos diga si estamos haciendo bien nuestro trabajo -más bien lo opuesto-. Un trabajo que es física y emocionalmente agotador.
Y para redondearlo todo, tenemos que encargarnos de nuestras parejas, cuando no saben afrontar la situación, cuando deben ejercer de padre, de cabeza de familia, de "sexo fuerte"...
Realmente las mujeres, tenemos una fuerza que va más allá de su entendimiento. Y me pregunto ahora ¿quien es el sexo débil?
viernes, 17 de septiembre de 2010
Elvis
Mi hijo se llama Elvis.
Después de mucho buscar y pensar, mi pareja, un buen día, me sorprendió con este nombre. Me encantó. Teniendo en cuenta que tenemos familiares en varios países, ¿que nombre podría ser más eficaz para un niño, que se escriba y pronuncie igual en cualquier idioma?
Elvis se acerca al sexto mes. Es muy fuerte, en todos los sentidos, físicamente y de carácter.
Desde muy pequeñín, ha sido un bebé movido, enérgico y independiente. Y no es porque sea mi hijo -gran frase de cualquier madre- pero es un bebe precioso.
Bromeamos a menudo con que sin duda el nombre elegido no podría ser mejor para él, porque le gusta cantar. Nos ameniza los días con unos gritos agudos que podrían dejar sordo a más de uno.
El silencio ha desaparecido de nuestras vidas, menos cuando duerme, y esto durante el día, no ocurre a menudo. Así que cuando sucede, olvido que la casa está hecha un desastre y os escribo estos pequeños suspiros de mi vida. Suspiros de mi vida con Elvis.
Después de mucho buscar y pensar, mi pareja, un buen día, me sorprendió con este nombre. Me encantó. Teniendo en cuenta que tenemos familiares en varios países, ¿que nombre podría ser más eficaz para un niño, que se escriba y pronuncie igual en cualquier idioma?
Elvis se acerca al sexto mes. Es muy fuerte, en todos los sentidos, físicamente y de carácter.
Desde muy pequeñín, ha sido un bebé movido, enérgico y independiente. Y no es porque sea mi hijo -gran frase de cualquier madre- pero es un bebe precioso.
Bromeamos a menudo con que sin duda el nombre elegido no podría ser mejor para él, porque le gusta cantar. Nos ameniza los días con unos gritos agudos que podrían dejar sordo a más de uno.
El silencio ha desaparecido de nuestras vidas, menos cuando duerme, y esto durante el día, no ocurre a menudo. Así que cuando sucede, olvido que la casa está hecha un desastre y os escribo estos pequeños suspiros de mi vida. Suspiros de mi vida con Elvis.
Hoy es de esos días...
Hoy es de esos días grises y lluviosos.
Hoy es de esos días en los que te despiertas más cansada que cuando te fuiste a dormir.
Hoy es de esos días en los que no he tenido ni un minuto para mi misma. De esos días en los que no he podido ni ducharme, ni lavarme los dientes, ni desayunar sentada, ni mirar mi e-mail, ni si quiera de limpiar rápidamente una coletilla de caca que se ha quedado enganchada en el wc, esta mañana, después de tener que ir con el pequeño en brazos al baño, una vez más.
Hoy es de esos días en que si te cruzaras con una de esas personas que te dicen sonrientes "¡Que bonito es ser mamá, aunque es duro, compensa!" y todas esas frases hechas que parecen venir de alguien que nunca ha tenido hijos, le pegarías una patada en la espinilla y te largarías sin remordimiento alguno.
Hoy es de esos días que te preguntas si tu hijo es un angelito venido del infierno o si estás pagando por tus pecados, por no creer en Dios.
Hoy es de esos días en los que por momentos odias a tu hijo.
Hoy es de esos días que cuando estás cansada de escuchar sus berridos constantes y sin razón aparente, le preguntas con un grito "¿pero que te pasa?", sabiendo que no vas a recibir respuesta, y que, para colmo, el pobre niño -que tiene un mal día- no entiende que le ocurre a su madre, que está más nerviosa de lo habitual, y no es capaz de calmarlo y complacer sus necesidades.
Hoy es de esos días en los que te sientes la peor Mamá del mundo...
Hoy es de esos días en los que te despiertas más cansada que cuando te fuiste a dormir.
Hoy es de esos días en los que no he tenido ni un minuto para mi misma. De esos días en los que no he podido ni ducharme, ni lavarme los dientes, ni desayunar sentada, ni mirar mi e-mail, ni si quiera de limpiar rápidamente una coletilla de caca que se ha quedado enganchada en el wc, esta mañana, después de tener que ir con el pequeño en brazos al baño, una vez más.
Hoy es de esos días en que si te cruzaras con una de esas personas que te dicen sonrientes "¡Que bonito es ser mamá, aunque es duro, compensa!" y todas esas frases hechas que parecen venir de alguien que nunca ha tenido hijos, le pegarías una patada en la espinilla y te largarías sin remordimiento alguno.
Hoy es de esos días que te preguntas si tu hijo es un angelito venido del infierno o si estás pagando por tus pecados, por no creer en Dios.
Hoy es de esos días en los que por momentos odias a tu hijo.
Hoy es de esos días que cuando estás cansada de escuchar sus berridos constantes y sin razón aparente, le preguntas con un grito "¿pero que te pasa?", sabiendo que no vas a recibir respuesta, y que, para colmo, el pobre niño -que tiene un mal día- no entiende que le ocurre a su madre, que está más nerviosa de lo habitual, y no es capaz de calmarlo y complacer sus necesidades.
Hoy es de esos días en los que te sientes la peor Mamá del mundo...
miércoles, 15 de septiembre de 2010
...el amor y la razón...
¿Qué día decidimos tener un bebé? ¿Como fue? No lo recuerdo.
Realmente nunca lo decidimos. Fue una afirmación.
"Oooh amor, te quiero. Eres la persona con la que quiero compartir mi vida. Tengamos un hijo".
Y así quedó.
Sin duda fue una decisión tomada a la ligera. Seguramente, muchas parejas hacen como nosotros. El amor, que nos ciega y miente a nuestros sentidos, engaña a nuestros cerebros con un mundo mejor y más completo si traemos a la vida un fruto de nuestra pasión. Y la razón no tiene nada que hacer para combatir al corazón.
Pero el amor es precisamente el gran sufridor de esta decisión. Una pareja con pilares poco profundos, pone en serio peligro su relación con el nacimiento de un retoño. Incluso las parejas que más se adoran pueden acabar por odiarse.
La decisiones que se toman diariamente a la hora de educar a un niño son fruto de grandes e inevitables discusiones. Es precisamente la razón, lo que acaudala esta gran aventura.
Un hijo lo es todo. Pero también te arrebata todo.
Por ahora resistimos. Nos queremos, discutimos, hicimos nuestros acuerdos, tomamos nuestras decisiones... y resistimos.
La pareja tiene que reinventarse cada día. Han surgido de las tinieblas partes oscuras de nosotros mismos que ni tan sólo sabíamos que existían, al igual que virtudes poderosas que nos han hecho invencibles.
Seremos débiles, seremos fuertes, pero nunca más seremos los mismos.
Realmente nunca lo decidimos. Fue una afirmación.
"Oooh amor, te quiero. Eres la persona con la que quiero compartir mi vida. Tengamos un hijo".
Y así quedó.
Sin duda fue una decisión tomada a la ligera. Seguramente, muchas parejas hacen como nosotros. El amor, que nos ciega y miente a nuestros sentidos, engaña a nuestros cerebros con un mundo mejor y más completo si traemos a la vida un fruto de nuestra pasión. Y la razón no tiene nada que hacer para combatir al corazón.
Pero el amor es precisamente el gran sufridor de esta decisión. Una pareja con pilares poco profundos, pone en serio peligro su relación con el nacimiento de un retoño. Incluso las parejas que más se adoran pueden acabar por odiarse.
La decisiones que se toman diariamente a la hora de educar a un niño son fruto de grandes e inevitables discusiones. Es precisamente la razón, lo que acaudala esta gran aventura.
Un hijo lo es todo. Pero también te arrebata todo.
Por ahora resistimos. Nos queremos, discutimos, hicimos nuestros acuerdos, tomamos nuestras decisiones... y resistimos.
La pareja tiene que reinventarse cada día. Han surgido de las tinieblas partes oscuras de nosotros mismos que ni tan sólo sabíamos que existían, al igual que virtudes poderosas que nos han hecho invencibles.
Seremos débiles, seremos fuertes, pero nunca más seremos los mismos.
Milagros
Hola, me llamo Milagros y soy Mamá.
Bueno, sinceramente no me llamo Milagros, pero milagros son los que hago cada día desde que soy Mama, así que pensé que así sería como me gustaría que me llamaran. Milagros, y amén.
Por cierto, no creo en Dios. No creo en el cielo ni en el infierno. No creo en el más allá, ni en la vida después de la muerte ni en todas esas pamplinas que no hacen nada más que llenarte de esperanzas sobre el "mañana", cuando lo importante está sucediendo "hoy".
Y hoy soy Mamá.
Bueno, sinceramente no me llamo Milagros, pero milagros son los que hago cada día desde que soy Mama, así que pensé que así sería como me gustaría que me llamaran. Milagros, y amén.
Por cierto, no creo en Dios. No creo en el cielo ni en el infierno. No creo en el más allá, ni en la vida después de la muerte ni en todas esas pamplinas que no hacen nada más que llenarte de esperanzas sobre el "mañana", cuando lo importante está sucediendo "hoy".
Y hoy soy Mamá.
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